La locura de correr en Indianápolis

Photo by Telecinco.es

Ver para creer. Nada más terminar las carreras del domingo en el trazado americano de Indianápolis saltaba la noticia de que se había cerrado la celebración de este gran premio de Moto GP para 2013 y 2014. Es entonces cuando uno se pregunta: ¿estamos locos o qué? Locura, no, seguramente dinero, mucho dinero en juego.

Indianápolis se convirtió en una pista de altísimo riesgo para los pilotos de todas las categorías. El viernes, durante los libres, el español Héctor Barberá (foto superior) sufría un espectacular accidente que le causó minifracturas en las vértebras, pero que pudo tener consecuencias mayores.

Y es que, además del golpe, la forma de trasladarlo hasta la ambulancia, como si fuera una lechuga (textualmente hablando) puso el vello de punto a todos los que en ese momento estaban pendientes del piloto valenciano, que reaparecía tras una recuperación en tiempo récord de una fractura de tibia y peroné.

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El sábado, en la clasificación de Moto 3, el corazón de los aficionados volvía a sobrecogerse viendo saltar por los aires a Héctor Faubel en el mismo lugar donde horas antes lo había hecho Barberá. El español también fue evacuado con problemas vertebrales.

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Pero todavía quedaban más “emociones” en Indianápolis. El australiano Casey Stoner, que había marcado unos grandes registros en los libres, sufría un espectacular accidente en la curva 13 que le costó un esguince en el tobillo. A punto estuvo el piloto de Honda de que la cosa fuera más grave y perderse la lucha que mantiene con Lorenzo y Pedrosa en la lucha por el título. Al final, una bota a medida y los cuidados médicos le permitieron correr la carrera y terminar cuarto.

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La guinda a este explosivo pastel la puso la caída de Nicky Hayden. El corazón de los aficionados se paró durante unos segundos viéndole yacer inerte sobre el suelo después de que su moto también lo lanzara de cabeza contra el asfalto. Quedó inconsciente y perdió la memoria, pero hoy afortunadamente sólo queda una imagen que nadie más quiere volver a ver, salvo Dorna, parece.

Este fin de semana ha quedado claro que Indianápolis no es un circuito seguro, que las caídas han podido terminar en tragedia, pero habiendo dinero por delante la vida del piloto no importa. En 2013 y 2014 allí tendrán que volver a jugarse el tipo en un trazado que estará muy bien para correr la Nascar o a AMA, pero no para que los que participan en el campeonato del mundo de Moto GP encuentren allí… (mejor no pensarlo). Un poco de sensatez, por favor.