Shoya Tomizawa: La sonrisa del cielo

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Hace dos años ya que Shoya Tomizawa se marchó para siempre. Dos años en los que el corazón de la familia motera se paraba durante unos segundos al conocerse el fatal desenlace tras el no menos fatal accidente en el circuito de San Marino.

Shoya, la sonrisa del paddock, moría tras sufrir una caída en el trazado italiano y ser arrollado por las motos de Alex de Angelis y Scott Redding. Su frágil cuerpo reventó y los médicos confirmaban lo que nadie quería creer que era cierto. El 48 se había ido.

Tomizawa tenía sólo 19 años, y una larga trayectoria por delante. Había colocado en su mono un pequeño 74 como homenaje a su paisano Daijiro Kato, la gran esperanza del motociclismo nipón que perdió la vida en Suzuka en 2003. El destino, casi siempre cruel, quiso que ambos se volvieran a reencontrar en el cielo siete años después.

La sonrisa del paddock, como cariñosamente se le conocía por la felicidad que desprendía subido en su moto, había logrado hacer historia, ganando la primera carrera de la categoría de Moto 2 en Qatar, sólo unos meses antes de morir.

Hoy, dos años después, se hace difícil creer que Tomizawa ya no está, que se marchó aquel maldito 5 de septiembre de 2010, dejando un vacío imposible de llenar.

Hoy, dos años después, al mirar al cielo creo ver entre nubes de algodón esa sonrisa única, pura, especial que desprendía la cara de Shoya y que, por desgracia, ya nunca volveremos a disfrutar, aunque cada día la llevemos en nuestra mente y en nuestro corazón.

El 48 inició hoy hace dos años su particular carrera para convertirse en un mito, en una leyenda del motociclismo que todos recordamos con lágrimas en los ojos, pero con una sonrisa, por favor.