Sandro Cortese: El triunfo de la regularidad

Photo by MotoGP.com

Photo by MotoGP.com

Cuando empezó la temporada de Moto 3 todas las miradas estaban puestas en Maverick Viñales, que se perfilaba como máximo favorito para hacerse con el campeonato Mundial. De repente llegó la sorpresa del italiano Romano Fenati, que con solo 15 años se marcó un espectacular comienzo de temporada.

Pero a medida que iban sucediendóse las carreras comenzó a sonar con fuerza un nombre, Sandro Cortese, un piloto alemán de 22 años que empezó a plantarle cara al español y a hacerse un hueco entre los primeros en cada circuito. Viñales ganó la primera del año y el germano no saboreó la victoria hasta Portugal.

Sin embargo logró algo difícil de conseguir, sumar puntos domingo tras domingo, mientras que el de Roses acumuló un total de cinco 0, unas veces por avería mecánica y otras por esa impulsividad, esa ambición que lleva dentro y que le hace sacar uñas y dientes ante sus rivales.

Cortese sólo estuvo a punto de perder los papeles en una absurda “pelea” casi en meta con su compañero de equipo, Danny Kent, justamente el día en que podía proclamarse matemáticamente campeón del mundo.

La suerte estuvo de su lado y cruzó la meta con 8 puntos más. La recompensa llegó la semana siguiente, cuando este alemán, que había logrado dos victorias en 125 cc y un total de 15 (5 de ellas esta temporada en Moto3) se proclamaba como el mejor. Una recompensa a la regularidad, a la serenidad y, por supuesto a esa gran KTM que sus manos pilotaron con tanta destreza.