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Desde hoy Misano, donde se celebra el Gran Premio de San Marino de Moto GP, ya es el circuito Marco Simoncelli, en recuerdo al genial piloto italiano, que perdió la vida en un fatal accidente cuando disputaba la carrera de Sepang.
Se trata de uno de los numerosos tributos que está recibiendo la familia del fallecido corredor de Coriano, cuya muerte marcó un antes y un después en el motociclismo. Odiado por algunos, pero admirado por más, Simoncelli dejó un vacío en Moto GP difícil de llenar.
Son muchos compañeros los que aún llevan un 58 (su número mágico) en sus cascos o en sus motos para recordarle. Pero en San Marino, una población a pocos kilómetros de Coriano, localidad natal de Sic, su apodo, han querido ir más allá y ponerle el nombre de su circuito.
Ha sido su padre, Paolo, el mismo que vivió en directo la terrible caída que le costó la vida a Simoncelli, el encargado de inaugurar un trazado que han pisado por primera vez los pilotos de SuperBikes.
En agosto llegarán sus compañeros de Moto GP y es de esperar que su recuerdo esté más presente que nunca en sus corazones, en especial el de su mejor amigo, Valentino Rossi, que, cosas del fatídico destino, pasó por encima del cuerpo de Sic cuando yacía en el suelo.
Hoy Simoncelli está un poquito más cerca de todos los que le admiraban y le seguían. Hoy desde su estrella en el cielo tiene un motivo más de satisfacción, viendo cómo nadie ha dejado en el olvido a uno de los pilotos más carismáticos y a una de las personas más bellas que ha tenido el motociclismo.
Seguro que de sus tiernos ojos azules también ha salido alguna lagrimilla viendo a su padre inaugurar su circuito y echando de menos a su amada Kate. No te olvidamos, Marco, sempreincuore, Supersic. ¡Grande!