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Como el jefe de la Formula Uno, Bernie Ecclestone, debe de tener mucho tiempo de ocio, entre gran premio y gran premio se dedica a hacer predicciones y recomendaciones, cual zahorí del automovilismo. Y la verdad es que para sí mismo no le ha ido mal. Sólo hace falta mirar su cuenta corriente. Pero en el resto no anda demasiado certero.
La última de ellas es que Sebastian Vettel no debe irse a Ferrari porque es demasiado joven. Viene a insinuar, más o menos, que la escudería de Maranello es perfecta para cuando uno ya piensa en la retirada. ¡Qué pensará Fernando Alonso!
Un disparate más de Ecclestone, que a sus ochenta y tantos años, y con unos cuantos dedicados a la F1 en cuerpo y alma, asegura ahora que no entiende la normativa de la FIA (pues cómo no la entienda él) y defiende a capa y espada a Red Bull (mientras un ex banquero alemán afirma que ha recibido sobornos del ínclito Bernie).
Ahora suponemos que se estará frotando las manos. Llega el GP de Europa, ése con el que hizo uno de los más grandes negocios de su vida (y fijaros que ha hecho unos cuantos) y estará preparando la buchaca para llevárselo en crudo mientras los valencianos (y España en general) las pasan canutas (siempre hay excepciones) para llegar a fin de mes.
Pero aparte de la clarividencia de Ecclestone para los fichajes, sorprende que el otro piloto de Red Bull jure y perjure que a estas alturas de la temporada no tiene un contrato firmado, cuando nadie duda ya de su categoría como corredor.
No obstante, ahora toca centrarse en el GP de Europa, que mañana comienza, y en el que se admiten todo tipo de quinielas para ver quién se convierte en ganador. Y es que este Mundial, a pesar de Ecclestone, está de lo más emocionante.