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Los entrenamientos libres del GP de Estados Unidos que se celebraron en el circuito de Laguna Seca dejaron claras varias cosas. La primera, como es lógico, que Pedrosa y Lorenzo, Lorenzo y Pedrosa son claros candidatos para hacerse con la primera plaza en la parrilla de salida.
Pero si ya antes de llegar al trazado californiano se hablaba de Rossi, su caída en los segundos entrenos con la Ducati que tantos quebraderos de cabeza le ha dado puede haberle abierto los ojos al piloto italiano, que hace cuatro años tocaba el cielo y la gloria con su Yamaha y ese histórico adelantamiento en el sacacorchos y ayer se levantaba impotente del suelo sin mirar apenas cómo había quedado la moto.
Ya en el box, acostumbrados a sus guiños a la cámara y a su sentido del humor, Valentino mostraba un talante serio, disgustado. Quizá ese nuevo golpe con la Ducati haga que adelante su decisión, si es que no la ha tomado ya, y diga de una vez por todas en que equipo correrá el año que viene.