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Ningún debutante en MotoGP había logrado ganar en Laguna Seca. Tuvo que llegar el piloto que está haciendo historia desde que subió a la categoría, Marc Márquez, para seguir rompiendo estadísticas.
El de Cervera, que partía segundo, perdió una posición en salida, justamente Valentino Rossi, y aguantó detrás de él hasta el mítico ‘sacacorchos’, recordado por el inolvidable adelantamiento del italiano a Casey Stoner en 2008. Entonces Márquez, en una maniobra espectacular, repitió esta pasada, arriesgando al límite y metiendo toda la moto en el piano.
Superado este ‘obstáculo’, el corredor de Repsol Honda tenía claro el siguiente objetivo: Stefan Bradl, el poleman, que desde que se cerró el semáforo salió disparado como un cohete con el fin de ganar en esta prueba.
Y por él se fue. Aunque el alemán volaba sobre su LCR Honda, Márquez iba aún más rápido. No tardaría en dar cuenta de él y empezar un viaje en solitario que le llevaría de nuevo a la gloria tras darle el banderazo a cuadros.
Por detrás, un feliz Valentino Rossi, seguido de Bautista, Pedrosa (que sumó diez puntos de oro en este GP a pesar de correr lesionado) y Lorenzo (también con importantes secuelas por las caídas de Assen y Sachsenring).
Cal Crutchlow se tuvo que conformar con la séptima plaza, por delante de las Ducati de Hayden y Dovizioso, que tuvieron algún desencuentro en pista, saldado con un codazo del italiano al americano, y Héctor Barberá, primera CRT clasificada por la caída de Aleix Espargaró en las primeras vueltas de una carrera que ya ha pasado a formar parte de las mejores de la historia del motociclismo y que lleva la firma con letras de oro de un piloto que no deja de sorprender: Marc Márquez.
Antes de comenzar, se rindió un homenaje al fallecido Andrea Antonelli, guardando un minuto de silencio, mientras que en el podio los vencedores se limitaron a hacer un simple brindis con las botellas de cava como señal de respeto al corredor italiano de Supersport que perdió la vida en la mañana de ayer en Moscú.