El Lotus de Roman Grosjean (1’20’730) fue el más rápido en los últimos libres del GP de Hungría de Fórmula Uno, que se celebran en el circuito de Hungaroring, y en los que Fernando Alonso se colocó justo por detrás.
Una tanda que terminó con un fuerte accidente del McLaren de Sergio Pérez (tercero en la tabla de tiempos), sin consecuencias para el piloto, pero con serios daños en el monoplaza de la marca británica, que parece estar en proceso de recuperación tras una temporada para olvidar.
Los Red Bull, que ayer dominaron durante toda la jornada, hoy han estado jugando al despiste con unos cronos difíciles de creer y que seguramente no tengan nada que ver con los que logren en la clasificación que se celebrar a las 14 horas.
Mercedes ha vuelto a confirmar que son rápidos a una vuelta, pero quedan descartados para la carrera, donde se espera una temperatura de 60 grados en pista, por lo que la degradación de neumáticos será el principal factor a la hora de decidir quien se hace con el premio en este último gran premio antes del parón vacacional.