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Sebastian Vettel logró una nueva victoria en el circuito de Marina Bay (Singapur), incrementando en 7 puntos más su ventaja con Fernando Alonso en el lucha por el título.
El alemán se vio apretado en la salida por su compatriota Nico Rosberg, una situación que resolvería rápidamente para iniciar una andadura en solitario. El asturiano, que partía séptimo, hizo una increíble maniobra y en la primera curva ya estaba tercero, después de dar cuenta de algunos “huesos duros” como Massa, Grosjean, Hamilton y Webber.
A partir de ahí el piloto de Red Bull fue incrementando su ventaja a ritmo de dos segundos por vuelta y sólo se vio obligado a parar tras el accidente de Ricciardo (su próximo compañero en la escudería austriaca) que hizo que saliera el coche de seguridad.
Mientras que Alonso, Massa, los dos McLaren y Raikkonen aprovechaban esta situación para entrar a repostar y cambiar neumáticos, los Mercedes se quedaban en pista, sin darse cuenta que estaban sacrificando el podio de Rosberg y un buen puñado de puntos para Hamilton.
Se reanudó la carrera y Vettel siguió tirando con la misma fuerza que inició la prueba. No quería problemas y así fue. Consiguió la distancia suficiente para hacer su parada con la calma suficiente para que nadie le arrebatase el primer puesto.
A partir de ahí, paseo del germano, con un Fernando Alonso que se marcó un carrerón y quedó segundo, y Kimi Raikkonen, tapado durante todo el fin de semana, pero con una gran estrategia que le permitió hacerse con el tercer cajón del podio.
Allí, cara de satisfacción de Vettel y de frustración de Alonso, que ve cómo se le escapa otro título más porque Ferrari tiene al mejor piloto de la parrilla, pero no el coche más competitivo.