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Al final fue Maverick Viñales, quizá el menos favorito de los tres pilotos que luchaban por el título de la categoría pequeña, el que se llevó el gato al agua. Y es que el de Roses tenía una estrategia muy clara desde el principio: salir a tope, tirar con fuerza e intentar marcharse.
Algo que no lograría, ya que ni Rins ni Salom estaban por la labor. Este trío comenzó una escapada que parecía que iba a ser en solitario, pero a la que finalmente llegaron Jonas Folger y Jack Miller.
La mala suerte se aliaba una vez más con Salom, que se iba al suelo, dejando el campeonato en manos de dos. Sin embargo, por delante nadie se rendía. Y al decir nadie hay que incluir a esos dos “invitados”de lujo que se unieron a los favoritos. Miller también se cayó, pero Folger tenía hambre de podio en su despedida de la categoría. Y así fue. Se metió en una pelea con Rins en los últimos metros que permitió a Viñales cruzar la meta con tranquilidad y lograr su primer título mundialista. ¡Enhorabuena!