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Fue el 27 de diciembre de 1998 cuando el carismático piloto Ricardo Tormo (Ricardet) falleció como consecuencia de una leucemia. Un año después el circuito de Valencia sería bautizado con su nombre en recuerdo de uno de los grandes del motociclismo español.
Tormo, nacido en 1952 en una pedanía de la localidad de Canals, se proclamó dos veces campeón del mundo en la categoría de 50 centímetros cúbicos (1978, 1981) de la mano de Bultaco.
A estos títulos hay que sumarles los siete que consiguió en el Campeonato de España, tres en 50 centímetros cúbicos y cuatro en 125.
Un palmarés que incluye 62 grandes premios disputados, 19 victorias, 36 podios, 23 poles y cuatro vueltas rápidas.
En 1984 un fatal accidente cuando se disponía a probar una Derbi en la factoría de Mollet le dejó seriamente dañada la pierna derecha, motivo por el que tuvo que abandonar la competición. Fueron numerosas las intervenciones quirúrgicas a las que se sometió.
Después quiso traspasar su sabiduría acerca del mundo de las dos ruedas a los jóvenes talentos, con los que trabajó prácticamente hasta el final de sus días.