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Sebastian Vettel ganó en Malasia y devolvió la gloria a la escudería Ferrari, que no estaba en lo más alto del podio desde Montmeló 2013, cuando Alonso cruzaba la línea de meta en primer lugar. Carrera de contrastes, en la que el alemán tuvo una conducción y estrategia tan perfecta como para desbancar a los intocables Mercedes de Hamilton y Rosberg (segundo y tercero, respectivamente), y en la que McLaren vivió su particular calvario con el abandono de Alonso en la vuelta 22 y el de Button pocos giros después.
Raikkonen, que tuvo problemas en la salida, fue recuperando posiciones hasta alzarse con la cuarta plaza, por delante de los Williams de Massa y Bottas.
Bonito duelo entre los dos pilotos de Toro Rosso, los debutantes Max Verstappen y Carlos Sainz, que se marcaron un carrerón propio de corredores veteranos, acabando séptimo y octavo. Mal, sin más, los Red Bull, superados por sus “hermanos pequeños” y faltos de recursos sobre el asfalto.
Y reconocimiento especial a Roberto Merhi, que con su Manor fue capaz de terminar el GP de Malasia antes de partir en dirección a Aragón, donde en unas horas participará en las Renault World Series.
Por el momento el Mundial es cosa de tres. La próxima cita será China el 12 de abril. ¿Será la consagración de Ferrari o volverán a volar las flechas plateadas?