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Lewis Hamilton se proclamó ganador del GP de China de F1, que dominó desde que se apagó el semáforo hasta que cruzó la bandera a cuadros, dejando claro que Mercedes sigue siendo el mejor coche de la parrilla (su compañero, Nico Rosberg, fue segundo) y que quiere conseguir de nuevo el título mundial.
Ferrari, por su parte, demostró que este año es el principal rival de la escudería germana y colocó a Vettel otra vez en el podio y a Raikkonen en cuarta posición, en una carrera en la que Alonso pasó otro calvario con el McLaren, al igual que Button.
Mal los Red Bull, con el abandono de Kyvat casi al inicio de la prueba y Ricciardo con muchísimos problemas. Tampoco le fue bien a Carlos Sainz, quien tuvo que hacer frente a un trompo que le hizo perder muchas posiciones. El otro Toro Rosso, que pilota Verstappen, estaba realizando una brillante jornada de competición en Shangai hasta que su motor se paró y el corredor más joven de la categoría se vio obligado a abandonar. Antes lo habían hecho Hulkenberg y Maldonado, que ha tenido que bajarse del coche antes de cruzar la meta en los tres GP disputados hasta el momento.
Paso adelante de Manor, con Merhi y Stevens terminando la carrera. La próxima semana continúa la acción en el trazado de Bahrein.