Nunca lo había conseguido hasta ahora, pero Jorge Lorenzo hizo historia en la carrera de Montmeló tras ganar cuatro consecutivas. Y es que el mallorquín desde que inició su racha de éxitos en Jerez no ha parado. Le siguió Le Mans, Mugello y ahora Barcelona. Con la segunda posición de Rossi, que realizó otra espectacular remontada hasta llegar a estar detrás de su compañero de equipo, el Mundial se ajusta al límite entre los dos pilotos de Yamaha, con un punto de ventaja para el italiano.
Si se cumple la “leyenda” de que el que sale líder de Montmeló gana el Mundial, entonces Valentino sumará el décimo de su carrera. Pero queda mucho para eso…
En la salida, Lorenzo, que partía tercero, se puso en cabeza. Márquez se enganchó a su rueda y juntos empezaron a tirar con la clara intención de abrir hueco y luego plantearse un cuerpo a cuerpo más adelante. Sin embargo, el de Cervera se fue al suelo otra vez. Un cero más en una temporada para olvidar y que cada vez se le pone más cuesta arriba.
Dovizioso, que también salió bien, se colocó tercero y llegó a luchar con Rossi por esa posición antes de correr la misma suerte que Márquez. Desastroso inicio de las Suzuki, con Aleix noveno y Maverick undécimo, que el poleman quiso arreglar, llegando a estar cuarto. Pero de nuevo la mala suerte quiso que no terminara la prueba, al igual que su hermano Pol.
Mientras, Viñales y Redding daban un auténtico espectáculo sobre la pista. De las pocas veces que se ha visto al británico “encendido” con la Honda “pata negra”. Con Crutchlow también ‘out’ desde la primera vuelta, Pedrosa, que empezó décimo, llegó al tercer cajón del podio.
Inexplicablemente, con un español en lo más alto del podio, el público de Montmeló comenzó a pitar, se supone que por el himno, poniendo la nota amarga al dulce momento por el que atraviesa Lorenzo. Próxima cita Assen: la catedral del motociclismo. Más y mejor, seguro.