Después de varios años de parón (se retiró en 2012), embarcándose primero en una aventura en el campeonato V8 Supercars, para dedicarse después exclusivamente al desarrollo de la HRC de Honda, Casey Stoner ha vuelto a subirse a la moto que tantas alegrías le dio al australiano: la desmosedici 2016.
Un retorno muy esperado, que ha tenido lugar en el circuito de Sepang, que esta semana acogerá los test oficiales de MotoGP de todos los equipos que participarán en el Mundial, y que durante el fin de semana celebra unos test privados, en los que la ‘estrella’ ha sido Stoner, quien tras su primera toma de contacto con la moto, se ha bajado con una gran sonrisa y ha compartido sus impresiones con los mecánicos y con su compañero de box en estos días, el italiano Michele Pirro.
A sus 30 años, el corredor ha decidido volver a la casa que tantas alegrías profesionales le dio, y con la que, además, logró sus dos títulos en la categoría reina, en 2007 y 2011. Como siempre, ha estado acompañado en el garaje por su mujer, Adriana, quien no se separa de él durante los compromisos profesionales.
Ahora queda por ver cuándo el australiano decide volver a la competición, justamente en un año donde la rivalidad entre Lorenzo, Rossi y Márquez va a marcar la pauta de un mundial al que se incorpora como novedad otro español: Tito Rabat.
En 2015 Stoner volvió a recuperar sensaciones sobre la moto participando con Honda en las 8 horas de Suzuka. Una caída al inicio de la prueba le causó una importante lesión, que le obligó a mantenerse varias semanas en reposo. Contra todo pronóstico, al concluir la temporada, rompía su contrato con la casa nipona y ya en Navidad acudió a la cena de empresa de Ducati como nuevo fichaje estrella de los italianos.