Llueve sobre mojado en Qatar. La lluvia se ha convertido en la inoportuna protagonista del primer gran premio del año y la situación está desbordada, a pesar de los compuestos de agua que ha traído Michelin a Losail. Y es que nadie esperaba en 2004, cuando se corrió por primera vez en el desierto, que podía ocurrir algo así, por lo que la pista no tiene capacidad de drenaje y los operarios tienen que retirar el agua con escobas.
Si a todo esto se añade que los entrenamientos y las carreras se disputan en horario nocturno, Qatar se convierte en un auténtico cóctel explosivo donde rodar es todo menos seguro. Y he ahí la cuestión. ¿Qué importa más; el espectáculo y el dinero que mueve MotoGP o la seguridad de los pilotos?
Por el momento, los responsables del Mundial están haciendo lo imposible porque el ‘show’ continúe. Apenas hace unos minutos se anunciaba un cambio de horario por el que MotoGP abriría la sesión de clasificación, con Moto3
Quizá no se ha tenido en cuenta que los ‘mayores’ del campeonato tienen más experiencia para rodar en mojado que los ‘teenagers’ de la categoría pequeña. Y que debería preocupar más la seguridad de ellos.
Tras recorrer el trazado con el coche de seguridad, las horas vuelven a variar. Moto3 saldrán los primeros si se seca la pista. No se tiene en cuenta el viento, la bajada de temperaturas, la noche, la luz artificial y el riesgo…. Esperemos que alguien ponga un poco de cordura en todo esto y, sobre todo, que no tengamos que llevarnos las manos a la cabeza. Queremos motos, sí, pero siempre y cuando no haya más riesgos de los que ya conlleva ir sobre un vehículo de dos ruedas a 300 por hora.