Nicky Hayden ya tiene su estatua en Owensboro, el pueblo que le vio nacer y que ahora quiere recordarlo para siempre con un monumento que ha tenido financiación popular, ya que el chico de Kentucky era muy querido en su ciudad, donde además colaboraba con acciones sociales.
En una ceremonia con gran afluencia de público, y en la que no faltaron unas emotivas palabras de su hermano, Tom, que apenas podía contener las lágrimas, en las que agradeció el gesto, y en la que estuvo presente y más unida que nunca la familia Hayden, con Jackie Marin, su prometida, que con una entereza admirable ha visitado el Hayden Hill de COTA y celebra cada día especial con su ‘alma gemela’, al que constantemente recuerda con cariñosos mensajes en Instagram.
Todos ataviados con gorras y camisetas del 69, ese nùmero que el último campeón del mundo americano de MotoGP se encargó de pasear por todos los circuitos del mundo, antes de que un fatídico accidente de bicicleta en las cercanías del trazado de Misano, a donde acudía siempre que podía a ver el monumento dedicado a su amigo, Marco Simoncelli, terminara con su vida el 22 de mayo de 2017, cinco días después de colisionar con un vehículo-
Hoy Nicky Hayden es un poco más eterno ya de lo que lo lleva siendo en el corazón de lo aficionados al motociclismo y a sus paisanos, que sentían verdadera admiración por un corredor que había creado una fundación para ayudar a los niños más desfavorecidos de la zona, y que hoy mantiene viva su familia.