Miles de personas (200.000 según la Policía y un millón según los organizadores) se dieron cita en el Santiago Bernabéu en el homenaje popular que se rindió en Madrid al 12+1 campeón del mundo de motociclismo, Ángel Nieto.
No quiso faltar nadie. Desde leyendas sobre dos ruedas como Giacomo Agostini, a los pilotos que actualmente disputan el mundial de MotoGP, como Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Álex Rins, los hermanos Espargaró; periodistas como Valentín Requena (que tantos y tantos triunfos narró en la gloriosa carrera del piloto zamorano), Ernest Riveras, Ainhoa Arbizu, responsables de Dorna, con Carmelo Ezpeleta a la cabeza, jefes de equipo, corredores de Moto2 y Moto3 y miles de aficionados se congregaron en el estadio para decir el último adiós a esta leyenda del deporte español.
A las 11 de la mañana, en una ceremonia privada, en la que también hubo representación institucional, comenzó el programa de actos. Su mujer, Belinda, y sus hijos, Pablo, Gelete y Hugo recibían una placa conmemorativa de esta jornada histórica para los amantes de las motos.
Una hora después el Bernabéu y sus alrededores se llenaban de gente, que convirtieron el minuto de silencio programado en 60 segundos de rugidos de motores, aplausos y vítores.
Inmediatamente después, comenzaba una caravana motera con dirección al Jarama en la que 80.000 aficionados pilotaban sus motos hasta este trazado, en la que el propio Nieto tiene un monumento conmemorativo desde hace tiempo. Abriendo el desfile fueron los pilotos del Mundial y la familia del desaparecido.
Casi dos horas la pista del Jarama se convertía en escenario de lujo para ver la vuelta de honor que dieron sus hijos con la Derbi y la Garelli con las que tantos éxitos cosechó su padre, y que fueron arrancadas especialmente para la ocasión por los técnicos del Team Laglisse.
Un concierto de Marta Sánchez y Juan Peña, además de los discursos de agradecimiento por el éxito de esta multitudinaria concentración pusieron el broche de oro a una jornada inolvidable, en la que una palabra unió a toda la familia motera: ‘Gracias, maestro’.
