Photo by AFP (Josep Lago)
La cara y la cruz. Eso fue lo que vivió la escudería Willians en el circuito de Montmeló. El 70 aniversario de Sir Frank Willians del sábado tenía su celebración más esperada el domingo, cuando uno de sus pilotos, Pastor Maldonado, lograba la victoria en el Gran Premio de España por delante, nada menos, del dos veces campeón del mundo, Fernando Alonso.
Pero como dice el refrán: ¡Qué poco dura la alegría en casa del pobre! Concluida la carrera y con el box repleto de gente se produjo una explosión y el posterior incendio que arrasó buena parte de la carísima equipación que lleva cada escudería tener sus monoplazas a punto en cada gran premio.
Por suerte, sólo hubo que lamentar heridos con quemaduras. Los mecánicos de otros equipos acudieron raudos a echar una mano a sus compañeros, pero la cosa podía haber sido peor. Un auténtico milagro, dada la cantidad de combustible y aparatos inflamables que se guardan en cada garaje.
Lo mejor es que en la Formula Uno hay rivalidad, sí, pero cuando ocurre una tragedia, los equipos se vuelcan, y Willians ya tiene ofrecimiento de todas las escuderías para conseguir el material necesario para correr en Mónaco.