Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo de F1, hizo testamento hace casi cuatro años, pocos meses después de su retorno a la competición. Y es que el piloto alemán, cuya vida aún está en peligro, posee una fortuna que ronda los 900 millones de euros.
Sabedor del riesgo que conllevaba el mundo de la velocidad, aunque sin imaginar que el peor accidente lo iba a sufrir practicando deporte en familia, el germano quiso dejar claro cuál sería el destino de su fortuna.
De este modo ya ha salido a la luz que serían su mujer, Corinna, y sus dos hijos los que se repartieran a partes iguales las posesiones del kaiser, que continúa ingresado en estado de coma en el hospital de Grenoble (Francia), a la espera de la evolución de las lesiones cerebrales que le ocasionó la colisión contra una roca cuando esquiaba junto al benjamín de la familia.