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Es triste, muy triste, que muchos pilotos con talento ahora mismo no tengan una moto porque no hay una casa que les respalde económicamente. De todos es sabido lo que cuesta mantener una moto y todo el equipo humano que lleva detrás.
También que el motociclismo es un deporte de riesgo, en el que cada día los pilotos se juegan la vida y algunos incluso la pierden luchando por llegar a lo más alto. Por este motivo no se debería echar con tanta ligereza a un corredor en sustitución de otro porque el que viene detrás no tiene más destreza, sino una cuenta corriente con muchos ceros avalándole.
El caso más sangrante, siempre en mi modesta opinión, es el de Karel Abraham. Su padre tiene un circuito y ese es motivo suficiente para que lleve años corriendo en Moto GP sin haber logrado ni un solo podio. Caídas, salidas de pista, lesiones y poco más forman el “brillante” currículo del checo.
Ahora que la temporada va vencida y que muchos de los equipos grandes ya han completado los fichajes para 2013, es el momento temido por muchos. Apenas hace una semana el Aspar Team daba boleto a Alberto Moncayo, que por suerte encontró otra casa que le ha dado la oportunidad de correr en Indianápolis.
Tampoco está asegurado, más bien todo lo contrario, el futuro de Héctor Faubel, que con 29 años ya no puede seguir más en Moto 3 y tiene que dar el salto a Moto 2. La pregunta es: ¿con quién?
Y en Moto GP que se puede decir. Yamaha prescindió de Spies para dejarle un hueco a Valentino Rossi. El americano es un piloto competitivo, pero tener al 9 veces campeón del mundo en sus filas atrae a muchos más patrocinadores. Conclusión, Spies a Superbikes. El mismo futuro que parece ser le espera a Cal Crutchlow, ahora corriendo con la Tech3.
Más suerte tuvo su compañero en este equipo, Andrea Dovizioso, fichado por Ducati hace apenas unos días, pero en el aire está el futuro de Álvaro Bautista, de Héctor Barberá y de otros tantos y tantos pilotos que quizá nunca lleguen a despuntar no porque no valgan, sino porque no se les dio una oportunidad.