Pawi llegó, vio y venció. Llegó al Mundial el pasado año en Aragón, vio cómo estaba la categoría en Qatar y ganó contra todo pronóstico en su tercera cita mundialista. A pesar de la sanción que le relegó cuatro posiciones en parrilla, el malasio hizo una salida impecable y se marchó rápido con Loi, el único que había montado neumáticos de mojado.
Pero el agua en lugar de arreciar, fue parando, lo mismo que el ritmo del belga. Entretanto, el malasio comenzaba a volar y marcar vueltas rápidas. En los cuatro primeros giros ya tenía un hueco de más de seis segundos. Por detrás se formaba un grupo con algunos veteranos y más rookies. Pronto Navarro se quedaba solo con la otra gran sorpresa del día, Norrodin.
Mientras, Binder, Locatelli, Mir, Martín, Canet y Kornfeil iniciaban una persecución en vano, pues todo parecía bastante definido en la cabeza. A Pawi le salían solas las vueltas rápidas, aunque en la pizarra le pedían calma viendo que tenía segundos suficientes para lograr su primer triunfo con holgura.
Llegó incluso a doblar a varios pilotos antes de cruzar en solitario la línea de meta. Por detrás, Norrodin pasaba a Navarro y acariciaba ya la segunda posición, pero la ambición del joven piloto hizo que perdiera el control de su moto a sólo cuatro curvas del final. En un alarde de coraje y rabia, la cogió y cruzó con ella la meta a pie en la decimoquinta posición.
Binder, mucho más capeado, se imponía en el grupo perseguidor y se hacía con el último cajón del podio y se ponía líder del campeonato. Antonelli, que ganó en Qatar, se vio terminó décimo, por detrás de Locatelli, Mir, Ono, McPhee, Martín y Kornfeil.
Guevara fue duodécimo, superando en meta a Quartararo y María Herrera. Mal Bastianini, decimoséptimo; igual que Bulega, Fenati o Bagnaia, los grandes náufragos en una carrera donde los ‘rookies’ dejaron muy claro que son guerreros.