GP de Barhein: Hielo en el desierto

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Ni el intenso calor del desierto de Barhein pudo con Kimi “Iceman” Raikkonen, protagonista de un nuevo carrerón en esta apasionante temporada de Formula Uno. El finlandés, que terminó segundo, aunque a punto estuvo en algunas ocasiones de dar caza al alemán Sebastian Vettel, demostró que ha vuelto a correr para ganar.

Después de que el sábado no pasara a la Q3, Raikkonen demostró que había acertado con su estrategia: conservar neumáticos para la carrera y salir desde una peor posición. Kimi subió al podio acompañado por su compañero de equipo Grosjean, lo que pone en evidencia que los Lotus quieren unirse al club de los grandes. Dos Lotus en lo más alto, algo que no sucedía desde 1979.

Pero si para este equipo fue un día inolvidable, para Mc Laren se convirtió en un día para olvidar. Buena salida de Hamilton, que se coloca segundo, pero pésima actuación de sus mecánicos, que en las dos primeras paradas en el pit lane le hacen perder unos segundos preciosos que le relegan a la mitad de la parrilla, y le hacen luchar con los Ferrari de Alonso y Massa, los Sauber.

Un caos, en definitiva, que tuvo su culminación con el pinchazo de Button a tres vueltas del final, cuando luchaba por la quinta plaza con Di Resta (otro a tener en cuenta) y con el posterior abandono antes de cruzar la línea de meta.

Tampoco anduvo fino el ganador de la anterior carrera, Nico Rosberg, investigado por dos maniobras poco éticas con Alonso y terminando quinto, con el coche para el desguace en el pit lane nada más cruzar la meta. Todo lo contrario le sucedió al otro Mercedes, el de Schumacher, que tras la mala clasificación del sábado, se lo pasó en grande adelantando posiciones y terminó décimo, cerrando la zona de puntos.

Una zona en la que, por fin, entró Felipe Massa, por detrás de Hamilton y Alonso, que se tuvo que conformar con la séptima plaza, un puesto que le sitúa a diez puntos del nuevo líder del Mundial, de nuevo Vettel, de nuevo su dedo, ese que tantas veces ha enseñado en los dos últimos años. Red Bull vuelve, y con ganas.

Lo que está claro es que hay Mundial. Cuatro carreras, cuatro ganadores, muchos coches competitivos y muchos aspirantes al título. La próxima cita: Barcelona, donde se supone que Ferrari tendrá un coche para estar luchando con los de arriba. En cualquiera de los casos, el espectáculo está garantizado.