Se acabaron las motos en abierto. A poco más de un mes del inicio del Mundial, un acuerdo entre Dorna, Movistar y Mediaset deja a los aficionados con las ganas de ver, de momento, la primera carrera, en Qatar, si antes no pasan por caja.
La renuncia de Ernest Riveras (encargado de transmitir MotoGP hasta 2011) a continuar en TVE en vísperas de los Juegos Olímpicos de Socci hacían sospechar algo. Pero nadie imaginaba que iba a ser para un proyecto alternativo y, desde luego, poco afortunado en la situación económica que atraviesa el país.
Tal y como adelantaba la periodista Nadia Tronchoni en su crónica de El País, sólo 9 de carreras se podrán ver en directo en Telecinco, mientras que el resto serán en diferido o previo pago a Imagenio.
Los miles de seguidores de este deporte ya han puesto el grito en el cielo. Se han creado plataformas para votar en contra de esta medida, pero quizá ya sea demasiado tarde para frenar una iniciativa que hace un flaco favor al motociclismo y que sólo servirá para que algunos, los de siempre, sigan lucrándose a costa del pueblo. No a las motos de pago.